18 diciembre, 2013

¿Quién inventó los abrazos?


A veces, cuando conversas con tus amigos, surgen temas bastante extraños e interesantes. Una simple pregunta puede generar muchas teorías, y sobre todo, puede terminar en resultados muy divertidos. Hace poco estaba conversando con un nuevo y muy querido amigo, y él me preguntó: ¿Quién inventó los abrazos?

No sé quién inventó los abrazos, pero son mi invento favorito. Dar y recibir abrazos es una experiencia maravillosa que está llena de miles de emociones, consiste simplemente en rodear con tus brazos a la otra persona; sea por encima del cuello o por debajo de las axilas, y puede desencadenar un torrente de emociones inexplicable. Cuando no sabes qué más decir, un abrazo puede ser la solución ;).


Abrazar a una persona cuando está triste, puede hacerle sentir que comprendes su tristeza y que estás ahí para hacerle compañía, aunque sea en el silencio. Abrazar a una persona cuando está feliz, puede hacerle sentir que compartes su alegría. Abrazar a una persona en momentos críticos de su vida, sea la culminación de algún proyecto exitoso (o no tan exitoso), demuestra que eres solidario con él o ella. Los abrazos, demuestran que esa persona te importa, sea mucho o poco, y que te gustaría sacarle una sonrisa con un pequeño abrazo.

Una vez leí que el ser humano necesita mínimo de 8 abrazos diarios para sentirse completamente feliz. ¿Cuántos abrazos das al día? ¿Llenas tu cupo de abrazos? No sientas pena de abrazar a los demás, no sientas miedo de que te rechacen un abrazo, todos necesitamos uno, aunque algunos no quieran admitirlo. 


Un pequeño gesto con mucho sentimiento 

Dar o recibir un abrazo, es estar dispuesto a dejar a un lado las barreras que colocamos frente al mundo para permitirle a otra persona entrar, por un momento, en nuestro espacio personal. Permitirle entrar a nuestro reino secreto, y compartir, por un breve período de tiempo, la magia de un abrazo. Así que, dime: ¿quieres un abrazo?



04 diciembre, 2013

Mudanzas x__x

Con el paso de los años, vamos creciendo y experimentando nuevas experiencias. Conocemos gente, hacemos amigos, nos enamoramos... y ¡nos mudamos!

Algunos se mudan una sola vez, cuando dejan la casa de sus padres para llevar las riendas de una casa propia. Otros, se mudan antes de llegar a ese punto de sus vidas, sea por estudios, por trabajo o por alguna razón más sentimental. De todas formas, mudarse siempre es difícil, sin importar que te hayas mudado 7 u 8 veces antes, llegar a un lugar (muchas veces) desconocido, es algo que siempre nos pone nerviosos.

Podemos mudarnos de casa, en la misma ciudad o el mismo pueblo. La ventaja es que a pesar de que quizás ya no viviremos en el mismo barrio o la misma urbanización que nuestros amigos, aún podemos mantener el contacto; ir a la misma escuela, visitar los mismos lugares sin hacer mucho esfuerzo o encontrarnos por casualidad.

Sin embargo, cuando nos mudamos a otra ciudad, es una historia diferente. Llegamos a territorio desconocido. ¡Nuestros amigos se han quedado allá, con nuestra casa y muchos recuerdos maravillosos! Entonces, nos sentimos melancólicos, nostálgicos... solos. Si bien, estamos más lejos de ellos, no estamos solos. ¿Por qué? Muy simple:

En primer lugar; si nos mudamos con nuestra familia, están ellos para hacernos compañía. Y aunque estemos más grandecitos, y nuestra mudanza sea por estudios, como ir a la universidad en otra ciudad, debemos tener presente que nunca estaremos solos pues Di-s siempre está con nosotros.

En segundo lugar; conoceremos gente nueva, gente maravillosa que seguramente se volverán nuestros amigos y entonces, nos sentiremos felices de esa nueva experiencia. Si extrañamos mucho a nuestros viejos amigos, siempre podemos comunicarnos vía internet o por el móvil, o bien, ir a visitarlos!

En toda mi vida, me he mudado varias veces. Mi papá y yo vivimos un tiempo con mi abuela, en una ciudad cercana al pueblo donde me crié (en donde estaban tooodos mis amigos), luego por motivos de estudio, nos mudamos a casa de mi abuelo que vive en ese hermoso pueblito. Terminé la secundaria y tuve que irme a la universidad, en una ciudad a 4 horas del pueblo en donde vivo! No podría ver a mi familia, a mis amigos, a mi novio, y al lugar al que iba, no tenía internet :(. Fue una época difícil, pero gracias a Di-s, conocí personas maravillosas en la universidad y ahora tengo un montón de amigos nuevos <3. Después regresé con mi papá, nos mudamos a un apartamento con mi tía (y mi prima), pero por ser muy pequeño, tuvimos que mudarnos a una casita; por suerte, estaba solo a unas calles del apartamento y no me alejé mucho de mis nuevos amigos.

Nuevamente debo mudarme, esta vez, no tengo claro a dónde iré. Pero sin importar cuál sea mi destino, no me sentiré sola porque las personas que quiero están siempre conmigo, pues, aunque nuestros cuerpos estén separados, nuestros corazones permanecerán unidos.

Un abrazo!
Pd: Las mudanzas son experiencias nuevas y aunque en el momento no veamos lo positivo en ellas, hay que recordar que todo ayuda para bien.